El estallido de la pandemia nos ha obligado a enfrentarnos con el mundo digital desde el principio. Y aunque pasamos un gran porcentaje de nuestro tiempo en línea, la digitalización aún no ha logrado imponerse en contextos como el burocrático, donde se supone que facilita el flujo de información oficial.
En esta ocasión, es la política la que está dando un fuerte empujón al preferir únicamente el formato electrónico, ya que, paralelamente al cierre de oficinas, se ha encontrado de repente con la creación de alternativas digitales.
Este cambio repentino ha puesto a todos en una situación difícil, y en particular al sector sanitario. De hecho, las consultas médicas, además de intentar coordinar sus rutinas con el alto riesgo de infecciones, deben ahora organizar también las pruebas y las vacunas contra el COVID-19.

 

Novedades:
El Ministerio de Sanidad ha decidido que las consultas médicas estarán obligadas ya desde mediados de este año a utilizar la infraestructura telemática y traerá:

  • la introducción de la historia clínica electrónica (ePA, o elektronische Patientenakte) a partir del 1 de junio;
  • la introducción de la receta médica electrónica (elektronisches Rezept) a partir del 1 de julio;

comunicación directa con la Krankenkasse por parte de las consultas médicas.

El acceso a la ePA, así como al eRezept, se realizará a través de una tarjeta sanitaria con un código PIN, posiblemente combinada con una aplicación que puede descargarse en los dispositivos móviles. Además, a partir de 2022, el certificado de vacunación (Impfpass), la tarjeta de maternidad (Mutterpass) y la tarjeta sanitaria pediátrica (U-Heft) también se integrarán en el proceso de digitalización. Sin embargo, sólo a partir del próximo año los pacientes podrán decidir quién tiene acceso a cada documento individual dentro de la ePA.

 

Problemas relacionados
Los médicos reconocen que estas medidas son inadecuadas y las sanciones derivadas del incumplimiento se consideran injustas, ya que no son técnicamente viables de forma inmediata. Durante el periodo de seguimiento, por ejemplo, un tercio de los consultorios tuvo problemas con la instalación del software necesario, lo cual es demasiado alto. En respuesta a esto, los médicos afirman que la necesidad sería principalmente la de mejorar la atención a los pacientes y, en consecuencia, experimentar más intensamente con nuevos métodos, que se introducirían en tiempo real.

 

Protección de datos
La falta de protección de los datos de los pacientes también es un problema. Estos datos podrían utilizarse para ahorrar costosos tratamientos a pacientes graves con escasa esperanza de vida.
Incluso las empresas farmacéuticas podrían beneficiarse de ello, controlando las ventas de medicamentos y qué médicos los prescriben, para poder planificar eficazmente las visitas de los representantes farmacéuticos.