El nuevo impuesto al CO2 está en vigor en Alemania desde enero de 2021. El motivo es que el CO2 se genera a partir de combustibles fósiles y, por tanto, es perjudicial para el medio ambiente. Debido a este impuesto, la calefacción de la casa se ha vuelto más cara. Pero, ¿quién debería pagarlo entre propietarios e inquilinos?
El gobierno federal había decidido originalmente “aliviar” a los inquilinos del impuesto y hacer que los propietarios pagaran la mitad, pero este acuerdo fracasó oficialmente el 22 de junio de 2021. El gobierno había anunciado inicialmente en mayo que crearía una ley según la cual los propietarios tendrían que pagar la mitad del impuesto en el futuro. Lamentablemente las negociaciones entre los partidos de la coalición no han tenido éxito y, por lo tanto, el nuevo impuesto al CO2 deben pagarlo los inquilinos por entero.
Ahora es oficial que los inquilinos pagarán el impuesto al CO2 y no se espera que esto cambie. Desde el principio, las asociaciones de propietarios han sido críticas con la propuesta, de hecho, el propietario no influye en el comportamiento del inquilino en el consumo de calefacción, electricidad y agua caliente. Alcanzar los objetivos climáticos es una tarea de toda la sociedad que no se puede resolver a expensas de los propietarios. Por otro lado, las asociaciones de consumidores se quejan de que los inquilinos no tienen medios disponibles para obligar a los propietarios a renovar sus sistemas de calefacción y electricidad para ser ambientalmente sostenibles y evitar el pago de este impuesto.
¿Hay alguna forma de ser más sostenible y además evitar pagar este impuesto? Existen algunas alternativas a la calefacción generada por combustibles fósiles, por ejemplo la calefacción generada por biogás y biodiesel. Hay varios proveedores que hacen uso de recursos sostenibles como estos y la buena noticia es que cada vez son más asequibles.