La pandemia ha afectado mucho al mundo del trabajo. Las nuevas normas introducidas para combatir el contagio ponen a los trabajadores en aprietos.

Hasta el 19 de marzo se aplicará la norma 3G en toda Alemania. Esto significa que los empleados sólo podrán acceder a su puesto de trabajo si están vacunados, se han recuperado o son negativos. El empresario puede considerar el despido del trabajador si éste se opone a presentar alguna de las pruebas mencionadas. Evidentemente, se trata de medidas drásticas, ya que el empresario debe enviar un aviso antes de poder rescindir el contrato de trabajo.

Se ha reintroducido el Smart working con la 3G, ya que los empresarios deben ofrecer a los empleados la posibilidad de trabajar desde casa, a menos que esto sea incompatible con el tipo de trabajo que tienen que realizar. Si puede trabajar desde casa, no se le pedirá una prueba de 3G. El empresario debe ser capaz de ponderar cada situación: los empleados, sobre todo los de larga duración y que nunca han recibido una carta de advertencia, pueden oponerse a ser despedidos.

Sin embargo, a los empleados que no demuestran tener 3G se les suspenderá el sueldo sin previo aviso, pero no puede haber ninguna suspensión si el trabajo se puede hacer desde casa. Quien reciba una notificación de despido debe actuar con rapidez, ya que sólo dispone de tres semanas a partir de la fecha de recepción de la carta para demandar por despido improcedente. Transcurrido este plazo, el empleo y la prestación por desempleo se perderán para siempre. Es aconsejable inscribirse inmediatamente en una oficina de empleo para poder cobrar inmediatamente el subsidio.