El Bürgergeld es una nueva política social diseñada por el gobierno alemán para combatir el desempleo. Es una suma de dinero destinada a quienes se encuentran sin trabajo y corren el riesgo de quedar al margen de la sociedad. Por tanto, es comparable a la renta de ciudadanía y sustituirá al anterior Hartz IV (que se dividía en Arbeitslosengeldes II y Sozialgeld), también una reforma del derecho social que data de 2004. El nuevo decreto, que de momento es sólo un proyecto de ley y entrará en vigor el 1 de enero de 2023, prevé un aumento del salario mínimo del 22% (de 449 a 502 euros para personas solteras). Para solicitarlo, debe dirigirse al Centro de Empleo del municipio al que pertenece. El formulario correspondiente Bürgergeld Antrag se encuentra en la página siguiente.
Para facilitar la reinserción en el mundo laboral, se han incluido nuevas cláusulas que permiten centrarse en el desarrollo de la carrera profesional, fomentando la formación de aquellos que no tienen el grado de especialización necesario para reintegrarse. Para ello, se pone a disposición una cantidad mensual de 150 euros para el llamado Weiterbildung, es decir, la formación laboral en un campo específico en el que se ha recibido previamente algún tipo de educación. También se incrementan las desgravaciones fiscales para los estudiantes de secundaria y universitarios, así como para los que realizan una Ausbildung, es decir, una formación laboral.
Hay cambios importantes en comparación con el antiguo Hartz IV que es importante destacar. Se han establecido ventanas de tiempo que permiten a los beneficiarios de los ingresos no preocuparse por encontrarse sin un techo bajo el que permanecer. De hecho, durante dos años se garantiza la posibilidad de seguir viviendo en la propia casa, por mucho que aumenten los costes. Esta ventana de tiempo se aplica de la misma manera para las posesiones de capital: los activos (hasta un máximo de 60.000 euros) no se tienen en cuenta en el cálculo de la renta de las personas físicas. Para el desembolso de la renta de ciudadanía no se tiene en cuenta:
– Contenido del hogar
– Vehículos de motor
– Cotizaciones recibidas a través de formularios de seguros (pensiones de vejez, de invalidez, etc.)
– Terreno en propiedad de menos de 140 metros cuadrados o una vivienda en propiedad de hasta 130 metros cuadrados. Por cada persona que vive allí, la superficie aumenta en 20 metros
Un aspecto antiguo y muy criticado de la reforma Harz IV se refiere al régimen sancionador, que muchos consideran extremadamente rígido y no acorde con la Constitución alemana. En el Bürgergeld, el sistema de penalización continúa, pero con variaciones. Se imponen sanciones a quien no cumpla un plazo o falte a una cita, con la diferencia de que se concede un plazo de seis meses en el que se garantizan todos los servicios, independientemente de la puntualidad y la constancia de la persona que los utilice. Las sanciones ascienden a un máximo del 30% de la renta mensual adeudada.
Aunque la Bürgergeld se considera la reforma social más importante de los últimos años, no está exenta de críticas. En sus entrevistas, el ministro de Trabajo y Política Social, Hubertus Heil, hace especial hincapié en el aspecto asistencialista, presentando la reforma como un instrumento principalmente de bienestar social, que se dirige a los “últimos”, a los que, por sí solos, no tienen ninguna posibilidad de salir de la pobreza y corren el riesgo de quedar marginados. Sin embargo, son muchos los escépticos que se preguntan hasta qué punto es posible llevar una vida digna contando con la renta mínima garantizada tal y como la concibe el gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que, junto con las prestaciones de desempleo, el coste de la vida también ha subido, y no poco.