El adjetivo “orgánico” describe productos cultivados de manera ecológica. La popularidad de tales productos, especialmente los productos alimenticios, ha aumentado en los últimos años y la elección de estos productos ofrecidos por las empresas está aumentando constantemente.

Según una investigación realizada por BÖLW, las estadísticas muestran que las familias alemanas han aumentado la compra de alimentos orgánicos en un 7,2% en comparación con el año anterior. Las ventas ascienden a 7.550 millones de euros. La idea principal detrás de los alimentos orgánicos es mantener altos estándares de producción y reducir el impacto global que tiende a tener la agricultura de masas en general.

En resumen, producir algo orgánicamente significa eliminar el uso de pesticidas o cualquier otro medio artificial para un crecimiento acelerado. Los agricultores orgánicos optan por fertilizantes naturales como abono o estiércol.

En lo que respecta a la ganadería, la etiqueta ecológica regula el tamaño de los establos, gallineros o jaulas según las necesidades de los animales, así como la cantidad de ejercicio y la libertad de movimiento que realizan a diario. Los alimentos que reciben también deben seguir estándares de calidad y provenir de plantas cultivadas orgánicamente.

Los requisitos explícitos que debe cumplir un producto para ser reconocido como orgánico (o biológico) y ecológico se especifican en la EU-Eco-regulation. Esta última se modifica constantemente para adaptarse a los últimos desarrollos y estándares en evolución.

En tales reglamentaciones se pueden encontrar no sólo restricciones relativas a la agricultura en sí, sino también las relacionadas con el procesamiento posterior, el etiquetado y el control del comercio. Solo una vez que se cumplan estos altos estándares, el producto podrá venderse con la etiqueta orgánica de la Unión Europea.